miércoles, noviembre 25, 2009

Nacionalizar la crisis

Superwaiter empieza a estar nervioso. Al principio de la crisis yo le había dicho: “Tranquilo, Súper. La gente de lo último que prescinde es del tabaco, el periódico y el café”. Ahora, cuando me ve a entrar, pregunta: “Los clientes los tienes tú en el quiosco, ¿verdad?; porque lo que es del café hace tiempo que prescindieron”. Y si le digo cómo llevo la caja, se sube por las paredes: “Eso no lo hago yo en una semana”. Exagera. Y además no tiene en cuenta el margen con el que trabajamos cada uno. Ni que casi el 50% de mis ingresos me los proporcionan el tabaco, la loto, la recargas de móvil y las tarjetas, con una media de ganancias no superior al 3 ó 3,5%. Eso no se lo digo y no por él, que estoy seguro que lo entendería. N lo digo por quienes nos puedan escuchar: no estoy dispuesto a admitir delante de nadie que la crisis me está afectando. Cuando el personal anda en dificultades económicas, jode un güevo ver que otros navegan con buen rumbo. Y como no puedo joder de otra manera…

A pesar de los problemas Superwaiter conserva el humor. Cuando entré estaba, más solo que la una, sentado frente a una de las mesitas del bar, tronchándose de risa. Respecto al Súper soy de costumbres fijas: cruzo el bar como una flecha, meo y, al salir, saludo. Mientras meaba lo oía reír. Salí intrigado.
- ¿Qué te hace tanta gracia?
- Pequeños placeres de la vida. Empiezo a poner en práctica tus enseñanzas y veo que funcionan.
- Vamos, cuenta.
- ¿Conoces al Pep? Seguro que lo has visto. Uno alto, nacionalista él…
- ¡Pufff!
- ¡No, no! Es un buen tío; de derechas. Nacionalista pero de derechas.
- ¿Y?
- Nada. Hablábamos de la crisis y el tío se empeña en echarle la culpa a los emigrantes. Te cuento.

- La culpa es de los andaluces, gallegos y murcianos que, como son incultos, votan al PSOE y Zapatero nos está llevando a la ruina.
- ¿Tú crees? – le digo; y entonces cae en la cuenta-.
- Bueno, perdona, ya sé que tú no eres catalán pero las cosas son así.
- ¿Cómo que yo no soy catalán? ¿Cuántas escrituras tienes?
- ¿Qué quieres decir?
- ¡Eso! –como muy cabreado-. ¿Que cuántas escrituras tienes tú?!
- Yo, ninguna; vivo de alquiler.
- ¿Lo ves? Yo tengo tres escrituras. Tengo más trozo de Cataluña que tú y, por tanto, soy más catalán que tú, ¿lo entiendes?

- Me ha pagado el café y ha salido jurando en arameo.
- ¡Joder, contigo no se puede hablar en serio!

martes, noviembre 24, 2009

Mear en el tiesto

Jueves, 19. Acabo de archivar los albaranes atrasados y la mesa recupera su aspecto de mesa. Todos los papeles que forman la trinchera tras la que habitualmente trabajo, han desaparecido. Sobre el tablero, sólo quedan dos folios.
Cojo el de la izquierda y leo: “El abajo firmante dá su conformidad a la Plataforma Independiente de Quioscos de Prensa de Barcelona, para tratar con el Ayuntamiento de Barcelona la prorroga en la concesión municipal de licencias de los quioscos en la vía pública, que finaliza el próximo día 31.12.2011…”
El folio de la derecha viene avalado por la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Barcelona y Provincia. “Apreciado compañero: Has de saber que recibirás la visita de unas personas que se dedican a suplantar al Ayuntamiento de Barcelona y a la Asociación. Te harán entrega de un escrito intimidatorio relativo a las nuevas concesiones y diciéndote, que de no firmarlo corres el riego de perderla: Esto no es cierto… todo lo contrario. No se te ocurra firmar ningún escrito. Sería tu sentencia de punto y final…”

Me conecto a Internet y buceo en Google hasta obtener un teléfono del Carrer Avinyó. La persona que me atiende lo hace con sequedad; como si estuviera harta de contestar cada día las mismas preguntas. Aunque contesta con corrección y sus repuestas son concretas y concisas. Interpreto que me lanza los siguientes mensajes:
· La actual concesión de explotación de quioscos en vía pública caduca dentro de dos años.
· Conocedor de las dificultades por las que pasa el sector, el Ajuntament ofrecía ampliar las concesiones en 20 años y, haciéndose cargo de la publicidad, asegurar por este concepto unos ingresos netamente superiores a los que actualmente se perciben.
· Cuando se había llegado a un principio de acuerdo entre el ayuntamiento y los representantes de los quiosqueros, la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa dice que no comparte las condiciones consensuadas.
· A partir de aquí, el Ajuntament da por concluido el proceso y,
[al margen de la normativa europea o cualquier otra]* sacará los quioscos a concurso público, como es preceptivo, cuando llegue el momento.
(* La acotación es mía).
· La carta que, con membrete del Ajuntament, corre por ahí es un documento de trabajo que debería haber servido de base para redactar las condiciones de la nueva concesión. Desde el momento en que las negociaciones se han roto, la corporación municipal no avala el documento.
· Cualquier grupo de quiosqueros puede formar una plataforma (o las que les venga en gana) para que recoja firmas a favor de una u otra propuesta. No tiene ningún valor porque el Ajuntament podrá obviar la postura de 4, 10 ó 20 vendedores de prensa, pero, en ningún caso, va a pasar por encima de una asociación. La única opción de reemprender el proceso abandonado pasa porque los quiosqueros “convenzan a Pedro”.

Y hasta ahí sería todo si no fuese porque el lunes me llegó la circular de la Asociación convocándonos para celebrar la asamblea general ordinaria y, a continuación, una asamblea general extraordinaria cuyo orden del día versa sobre el nuevo modelo de quiosco (el proyecto de Moisés Gallego es el mismo que incluía el borrador del Ajuntament), y el qué y cómo negociar con los representantes municipales. Es decir, la junta directiva de la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa no considera delito de lesa majestad el que la plebe conozca cómo se gestiona su futuro y hasta, ¡Dios mío!, se le va a permitir a los quiosqueros que expresen su opinión en un debate público.

Conforta comprobar que, a pesar de los ayatollahs, no siempre mea uno fuera de tiesto.

lunes, noviembre 23, 2009

Emilio el Moro

En cuestiones de música ligera, los años sesenta son conocidos como la Década Prodigiosa. Y si es cierto que hubo verdaderos prodigios, alguno todavía en activo, no es menos cierto que también abundaron los bodrios. Emilio el Moro formaba parte de los segundos, pero tuvo la ocurrencia de encasquetarse un fez y ponerle letras de chufla a éxitos pasados y consiguió vivir del cuento una larga temporada. Al margen de El Relicario, seguramente su parodia más lograda, a menudo recuerdo aquella que arrancaba:
Cuando salí de Marruecos
volví la cara riendo
porque pasé la aduana
con un puñao de mecheros.

Nuestro Emilio el Moro particular es un marroquí que se acerca al quiosco cada dos semanas para abastecerme de mecheros. Creo que no le he comprado nunca porque, a mí, UNICEF me los deja más baratos pero, cuando no tengo mucha faena, echamos alguna charradita.
Mira los diarios deportivo y me suelta de improviso.
- ¿Tú eres del Barcelona?
- No.
- La gente del Barcelona no buena gente. Yo soy del Rial Madrid.
- Lo viste jugar en Casablanca el torneo de Mojamé Quinto…
- No, no. Pero mi gusta Rial Madrid. ¿Tú también?
- No, yo no.
- ¿De qué equipo eres?
- Del Atlético Tetuán.
Se ríe.
- No hay Tetuán.
- Pues fíjate, cuando lo funden ya tiene un aficionado.
- Los marroquís del norte son mala gente.
- Como los del Barça…
- No, igual no. Los del norte mandan a la mujer a trabajar.
- ¡Joder! Los tíos mandan a la mujer a trabajar y ellos se quedan tumbados a la bartola.
- ¡No, no! La mujer va a trabajar y primer día jefe toca aquí (se toca el codo), segundo día jefe toca aquí (se toca el hombro), tercer día jefe toca aquí (se toca el costado), cuarto día jefe toca aquí (se toca el culo) y luego folla. La mujer tiene que estar en cocina.

Y si es posible vigiladas y al alcance de una buena vara de almendro.

viernes, noviembre 20, 2009

Lo que yo sí sé...

Trece de octubre; martes. Eran las 5 de la tarde, hora taurina donde las haya, cuando Quiosquera me llamó.
- ¿Has entrado en ADI?
- No.
- Pues entra, entra. Te están poniendo de chupa de domine.
Entré. Es la hora en que desfilan las abuelas, algunas mamás y unos poquísimos padres que acaban de recoger a los peques en el colegio. Se paran junto al quiosco mientras los niños dudan entre Cromos de la liga, Gormitis y Dragones, y las niñas no acaban de decidirse entre Hello Kitty, Pizarra mágica o un paquete de chicle. Tuve que abandonar la lectura, no sin antes detectar una cierta incoherencia en los comentarios.

En casa, con calma, empecé desde el principio. Volví a tropezar con la misma incoherencia: se daban respuestas a preguntas o afirmaciones no formuladas. Hasta que advertí que ADI había metido la tijera.

No me gusta contestar provocaciones porque es fácil caer en el mismo pecado que tratamos de combatir y porque es absurdo intentar convencer de la honestidad de una opinión a quienes no están dispuestos a dejarse convencer. Y porque no me da la gana justificarme cada vez que digo algo que no le gusta a alguien.
Hace ya dos años que me hice el propósito de no enjuiciar la labor de nuestros representantes. Su trabajo puede salir bien o mal pero, a toro pasado, es muy fácil criticar su gestión cuando cada uno de nosotros no ha movido un solo dedo por ayudarlos. Este propósito, conscientemente, lo he roto en dos ocasiones. La primera, cuando se publicó la entrevista a Theodor Trujillo, porque pensé que una candidatura donde yo había tenido un pie debía dar una respuesta clara y contundente. La segunda, que no era en modo alguno una crítica, cuando lamenté que una persona intentara montar una alternativa y no lograra convencer a 15 quiosqueros para que lo secundaran.

A pesar de todo, y a medida que han pasado los días, el recuerdo de los comentarios vertidos en ADI-Today me ha ido minando la moral. A quienes tenemos una inteligencia limitada, y lo sabemos, nos molesta que nos tomen por tontos. ¿Por qué los quiosqueros tenemos tanto miedo a saber? ¿Por qué nuestros representantes (algunos) tienen tanto miedo a que estemos informados?
Releo el post “Lo que yo no sé pero los quiosqueros deberían saber” y no encuentro el motivo por el que algunos colegas se sienten ofendidos. Lo que más se aproxima a una critica al actual gobierno es la pregunta “¿Hay alguna esperanza de ganar un pulso al Ayuntamiento o todo enfrentamiento con el consistorio tendrá el mismo final que la publicidad dinámica?”. Analicémoslo.

A.- 20 de abril de 2007. En una asamblea extraordinaria, la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Barcelona y Provincia presenta el primer proyecto de publicidad dinámica. En el resumen que hacíamos de la asamblea destacábamos tres puntos:
1.- Para agosto podrían estar instalados en Barcelona unas 400 terminales. Área Metropolitana para final de año.
2.- Se paga según la publicidad que se transmita y se calcula que en un plazo de seis u ocho meses se podría llegar a los 1000 € al mes.
3.- No hay constancia de que el ayuntamiento lo prohíba. No se ha hecho la consulta pertinente.

B.- 8 de noviembre de 2007. Nueva asamblea extraordinaria en la que se concretan las ideas dispersas que se dieron en abril sobre publicidad dinámica. Apuntábamos entonces:
1.- Se ha creado el portal canalkiosk.tv, “la finestra de la ciutat”, participado en un 75% por la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa y en un 25% por HERMES PUBLICIDAD DIGITAL.
2.- Servicios que se ofrecen:
- Zona Wifi que permite conectar a Internet ordenadores situados en un radio de 50 metros.
- Zona Bluetooth que permite descargar gratis contenidos para móviles en un radio 35 metros.
- Panel de información de servicios al ciudadano como cartelera, restaurantes, etc.
- Publicidad dinámica.
3.- Coste del equipo. La asociación paga una parte y el resto, unos 1500 €, corre a cuenta del quiosquero. La empresa patrocinadora se hace cargo del coste de la línea telefónica y de la ADSL. También corre a su cuenta el mantenimiento de los equipos informáticos.
4.- Está pendiente el que el Ayuntamiento dé el visto bueno al proyecto.

C.- Febrero de 2008. Diarios y revistas especializadas lanzan a los cuatro vientos la noticia de la creación y puesta en marcha (marzo) del primer canal de comunicación interactivo urbano del mundo. ADI (creo) advierte que, si no cambia la normativa del Ayuntamiento, no será posible la puesta en marcha de canalkiosk.

D.- Abril de 2008. Los quiosqueros de Barcelona reciben una carta del Ayuntamiento de la ciudad informando sobre el tema.
En una entrevista portada a terme amb representants del gremi de l'Associació Professional de Venedors de Premsa de Barcelona i Província, el passat 14 de febrer d'aquest any, ja els varem manifestar la imposibilitat actual, vista la normativa de publicitat vigent a la ciutat, de instal·lar aquest sistema als quioscs.
Representantes de la Asociación de Vendedores interpretan que la carta del Ayuntamiento no dice que no se pueda poner en marcha el proyecto.

E.- Junio de 2008. Se inicia la colecta de los 1600€ necesarios para arrancar. En algunos quioscos Hermes Publicidad instala la línea de ADSL.

F.- Julio de 2008. El mundo es muuu grande… Casi tanto como el aeropuerto de Madrid, aunque a veces resulte pequeñito y uno pueda encontrar un conocido que es amigo del primo del cuñado de uno de los socios de una determinada empresa y se entera que, probablemente, la empresa ha dejado de funcionar porque el proyecto que había de hacerla viable no cuenta con el beneplácito del gobierno municipal. Casi de inmediato, la instalación de un muelle en las vías de circulación sanguínea nos saca durante una temporada de la circulación.

G.- Septiembre de 2008. Los componentes de la junta de la Asociación Profesional de Vendedores explican a quienes preguntan que, aprovechando el parón vacacional, Hermes ha suspendido de motu propio las instalaciones y nos ha dejado colgados. El proyecto sigue su andadura. Sólo que, ahora, Canalkiosk será 100% de los quiosqueros.

H.- Muchos meses después, y sin ningún tipo de explicación (a mí, por lo menos), se devuelven a cada uno de los quiosqueros que confiaron en el proyecto los 1600€ adelantados y se deja de hablar del asunto. No he visto en ningún foro ninguna explicación de por qué se cerró la puesta en marcha de una idea atractiva ni ninguna pregunta que se interesase por dicha explicación.

Repito la pregunta: ¿Fracasó Canalkiosk porque se intentó ganar por la mano al Ayuntamiento y no se pudo, o Hermes Publicidad quiso llevarnos al huerto y saboteó el proyecto? Aunque puestos a pensar en la mala fe de la empresa de publicidad ¿por qué no se cambió la dirección de la página web de la Asociación "por motivos técnicos" hasta febrero de 2009? (Quien tenga ojos para ver, que vea; quien tenga entendederas para entender, que entienda).

Y, desde ahora mismo, pido disculpas a todos los miembros de la Junta de la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Barcelona y Provincia, presentes y pasados, si en algo los he ofendido. No es mi intención. Pero a cierta edad hace ya mucho tiempo que uno dejó de chuparse el dedo.

jueves, noviembre 19, 2009

Volverse niño

Llego al quiosco a las dos menos un par de minutos y, mientras aparco el Ferrari, veo pasar a la Gallega. Noto que ha dado un bajón en los últimos meses; ya no pasa como una escopeta, su andar se ha vuelto cadencioso y se aprecia cómo se deja caer en el bastón. La oigo cruzar unas palabras con Salva y alejarse riendo.
- Qué bajón ha dado esta mujer –comento-.
- Sí, jefe, pero no pierde el humor.
- Ya he visto cómo se ríe.
- El que está jodido es el marido. El Manel me ha dicho que la enfermedad lo tiene minado y que ya está más para allá que para acá. Lo tienen en casa esperando.
- ¿Qué te contaba la Gallega?
- ¡Ah, sí! –se ríe-. Dice que el marido está celoso, que está más muerto que vivo pero que las palmará sin dejar de joder. Se ve que la hija ha venido a verlo y ha traído el nietecillo. Pues cada vez que le da el biberón, el Miguel se emperra en que a él le den otro y cuando acuestan al niño pide que lo metan en la cama y lo arropen para no ser menos. Por eso se reía la Gallega.
- Sí, supongo que cuando nos hacemos mayores nos volvemos como niños.
- No crea, jefe, no crea. Esta mañana se me ha acercado una señora y me ha preguntado por el plato del Pocoyó. Le cuento…
- ¡Oiga…! Ese plato de Pocoyó es para niños o para niñas.
- No sé, señora. Las cosas de Jelu Kiti parece que son de niñas pero el Pocoyó creo que vale para los dos.
- Es que… no sé. Al niño seguro que le gusta pero son 8 euros…
- ¿Qué edad tiene el niño?
- Diecisiete años –me ha dicho-.
- ¡No, señora, mejor que no! Llévele una de éstas -bueno, eso no se lo he dicho, pero me han dado intenciones de coger un DVD de putiferio y decirle que eso sí le iba a gustar-.

miércoles, noviembre 18, 2009

Aceras libres

Hace ahora algo más de un año, Begoña Grijelmo me entrevistaba para el programa Telenotícies de TV3. El motivo: la carta que el Ajuntament había enviado a bares y quioscos anunciando el endurecimiento de las sanciones a quienes invadiesen el espacio público con macetas, atriles y cartones. Varios amigos me llamaron para decirme que me habían visto en la tele pero no entendían qué tenía que ver el Ayuntamiento en el tema de los cartones para que afirmase que, [gobernando a golpe sanciones], así yo también podía ser alcalde.
Y a todos les explicaba lo mismo. Es fácil dictar una normativa cuando se está detrás de la mesa de un despacho público y no se conocen las condiciones de trabajo de los afectados; es fácil no aplicar la normativa, acostumbrando a los profesionales a aceptar y exponer unas publicaciones que no tendrían cabida en un quiosco; es fácil, en fin, limpiar las aceras de obstáculos (no rentables para las arcas públicas) a base de sanciones. Lo difícil es diseñar un quiosco con sentido, cómodo para quien lo trabaja y con la amplitud necesaria para el género con el que comercia; lo difícil es aprobar, y hacer cumplir, la normativa adecuada para que los cartones promocionales se distribuyan en cantidades y tamaños adecuados; lo difícil es acabar con el monopolio de las distribuidoras; lo difícil, en fin, es hacer las cosas bien.
Por cuanto a mí me toca, me molesta mucho que los políticos recurran a los llamados minusválidos (minus válidos que quién) para tocar la fibra sensible de la gente y los votantes aplaudan las normas sancionadoras. Y afirmo por si hay alguna duda, que las leyes están para cumplirlas y las penas que conllevan, para aplicarlas. Por aquella fecha, también dije que si un ciego podía tropezar con una maceta situada a la entrada de un establecimiento, también podía tropezar con las sillas de la terraza, pero éstas no entraban en las sanciones porque pagan aparte.

Ayer tarde daba las últimas instrucciones a Salva, cuando un golpe hizo temblar el quiosco. Una joven ciega había estrellado su hombro contra la puerta de vidrio que sirve para ampliar el quiosco hacia el interior de la acera. La puerta deja por debajo un hueco de unos 30 cm por el que había pasado el bastón de la invidente sin que detectase el obstáculo. Si, como debiera ser, los laterales del “edificio” fuesen fijos y llegasen al suelo, obtendríamos doble ventaja. Por una parte, los quiosqueros podríamos cerrar con sólo bajar la persiana, y por otra, el quiosco sería un obstáculo fijo y, por tanto, opaco a la sensibilidad de un bastón. El inconveniente radica en que, al permanecer inmutable, los noctámbulos verían reducido su paso en 80 cm.

El incidente me sentó mal. Sólo se me ocurrió preguntarle si se había hecho daño. ¡Pues claro que se había hecho daño; bastaba con oír cómo crujió el vidrio! Pero, según tengo entendido, la solución está al caer: el diseño de los nuevos quioscos se ha encargado al mismo arquitecto que diseñó los actuales.

martes, noviembre 17, 2009

Aplicando la ley

A medida que voy cogiendo experiencia como quiosquero, voy dándome cuenta de que si esta profesión está como está no es por casualidad sino que se encuentra justo en el punto donde la hemos llevado entre todos.
Vender prensa es fácil. Periódico, euro… periódico, euro. Ahora se ha complicado un poco con el precio a 1,10 o 1,20, pero no mata. Lo que molesta es recortar cada vez el cuponcito de las dichosas promociones, y lo que mata, recibir un cargo de X diarios por falta de una cartilla. Por fortuna, hace tiempo que las distribuidoras pasan bastante de los cupones pero unos cuantos de nosotros hacemos oposiciones para que reactiven la penalización.

Como su nombre indica, aunque pueda parecer lo contrario, el Magistrado es juez. Es un buen cliente en el sentido de que es fiel y que, casi cada día, pasa un par de veces por el quiosco. Es, además, aficionado a las promociones baratas (1€) y tacañete en las formas. Valga el ejemplo.

Era domingo. Quiosquera y yo nos peleábamos con los suplementos dominicales, cuando llegó el Magistrado.
- El País.
Le dimos su correspondiente ejemplar y, mientras yo preparaba el cambio, escudriñó los cupones del reverso.
- Déme también la taza de Los Beatles.
Quiosquera acudió solícita y yo empecé desde cero a preparar el cambio.
- ¿Le queda la película del Público del viernes?
- Sí.
- Me la llevo.
Al fin le di el cambio y arrancó calle arriba. De pronto, se paró en seco, dio media vuelta, agarró un ejemplar del Público y volvió por donde había venido.
- Como lo he pagado, me lo llevo.
Quiosquera y yo nos miramos incapaces de reaccionar. ¡Claro que había pagado El Público! ¡Pero el del viernes, no el del domingo!
Desde entonces Quiosquera lo vigila.

Pocas semanas después vio una película de CINE WESTERN EL PAIS que tenía apartada para devolver.
- Déme esa película del Oeste.
- ¿Tiene el cupón? –Quiosquera ya tenía la escopeta montada-.
- No. Pero compro El País todos los días –lo cual es verdad-.
- Sí, pero nosotros tenemos que presentar el cupón.
- Pues el quiosquero de la calle […] vende los videos sin cupón ni nada.
- Es posible –intervine-, pero no se ajusta a ley.
Se fue sin el DVD y mosqueado. Sigue pasando cada día un par de veces y continúa comprando aquí el diario.

domingo, noviembre 15, 2009

¿Confusión o cachondeo?

Desde hace tiempo, Quiosquera y yo somos los encargados de abrir los domingos y fiestas de guardar. Yo, perezoso, prefiero llegar al quiosco con el Ferrari que tengo aparcado debajo de casa. Quiosquera, hacendosa, prefiere el almamóvil, aparcado en la esquina de arriba a 120 m. Así, durante los 10 minutos que yo empleo en traer el coche, ella aprovecha para tender la ropa, poner otra lavadora o vaciar la secadora que ya ha finalizado su proceso. Eso no son 10 minutos; son 25. Y significa llegar un poco tarde, con lo que damos oportunidad a que nos manguen unos diarios o echen una meada más junto al quiosco haciendo puntería para colar el chorro justo por la rendija de la puerta.

Esta mañana tomábamos tierra un par de minutos antes de las 7:15. Los diarios cruzaban la acera de lado a lado. Hasta el gracioso de turno había tenido la delicadeza de poner el paquete de El Periódico en castellano encima de una especie de buzón que usan los carteros no sé para qué. De momento, cabreo.
He cogido el albarán de Marina BCN y he comprobado y colocado los diarios de esta distribuidora. Falta de 4 ejemplares de El País y ausencia total de AS y Mundo de Catalunya. Llamada al teléfono de urgencias y problema solucionado. Algo después de las 9 y media tenía el servicio completo.

Con el albarán de Logística en la mano, he empezado por El Periódico en castellano. Traslado del paquete desde el buzón de correos hasta el mostrador del quiosco y a encartar… Aprovecho para echar un vistazo a los titulares. En la parte de abajo del diario leo: Barcelona 4, Mallorca 2. “Deben haber jugado un amistoso con los suplentes”, pienso… Atlético de Madrid 2, Real Madrid 3… ¡Aquí pasa algo! Miro la fecha: 8 de noviembre de 2009. “¡Coño, he soñado una semana entera y me ha parecido real!”
- ¿A qué día estamos?
Quiosquera me ha mirado sin saber si estaba de guasa o si había tenido un ataque repentino de alzheimer.
- ¿Lo dices en serio? Hoy es 15. Ayer mismo me dijiste que era víspera de San Alberto Magno, patrón de Ciencias.
¡La madre que los parió! Muchas veces he dicho que cualquier día las distribuidoras nos traen el lunes los diarios para toda la semana (progreso), pero nunca había pensado que me trajesen ejemplares caducados (retroceso).
El susto se me ha pasado cuando el resto de diarios, incluido El Periódico de Catalunya en sus ediciones de catalán y castellano, estaban correctos. Había 21 ejemplares de Sport de más, 1 ejemplar de Sport del día 8 y el ya referido paquete de El Periódico en castellano.
Cuando he preparado la devolución, he puesto los sobrantes en un paquete aparte con un cartelito:
Cliente XXXXX.
Diarios recibidos de más.
De cachondeíto ¿eh?.


Espero que Logística no se haya molestado.

miércoles, noviembre 11, 2009

Trío

En el póquer, un trío es una jugada en la que uno de los participantes liga tres cartas con el mismo número; en Loto Catalunya, un trío es un juego donde el jugador apuesta 1€ (o varios) a tres números esperando que suene la flauta; en el amor, un trío es un problema; en el sexo, un trío es una experiencia. Los tríos sexuales admiten subdivisiones. Podríamos hablar de un trío monosexual cuando los tres participantes son del mismo sexo (raro); el trío bisexual tiene variantes: un varón y dos mujeres (el más utilizado para fardar delante de los amigotes) o dos varones y una mujer (donde, al parecer, por lo menos a uno de los varones debe darle igual la carne que el pescado); el trío trisexual repite la cifra tres y el 33, número mágico, es mejor dejárselo a Dan Brown.

Lo malo de la crisis, aquella que comenzó como un invento de la derecha en su fallido intento de ganar las elecciones, no es la falta de dinero. Lo malo de la crisis es la sobra de tiempo. Ahora puedo permitirme el lujo de hacer el trabajo administrativo en el despacho que tengo en la empresa. Cuando llego a casa me aburro. No puedo leer porque los libros no han bajado de precio; no puedo ver la tele porque la electricidad es más cara que antes; para entretenerme sólo puedo comer (el IPC asegura que los alimentos son más baratos) y así, lo que hago es aumentar de peso. Algo es algo.
El aburrimiento hace que, cuando llega un cliente con un poco de rollo, me dedique a darle cuerda para matar el tiempo. Y quizá, en vez de matar el tiempo debiera matar otras cosas.

Andaba ayer tarde buscando 14 euros en la factura de Marina BCN cuando se acercó. Entre 30 y 40 años, sonrisa agradable y ligeramente tímida y voz suave y bien modulada.
- Además de esas películas –dijo señalando la Sex Zone-, ¿tiene usted otras?
Pensé que el problema de las películas que señalaba era el precio y le mostré los pack de dos por 9,95.
- No, no. Estas son muy malas. Además, busco un tema en concreto: me gustan las películas de tríos.
Me volví. A mi espalda suelo poner Sex Cocktail (Interviú) y las que acompañan a Primera Línea. Allí estaba: Ellas las prefieren de dos en dos. Se la enseñé. No parecía muy decidido.
- ¿A usted le gustan los tríos?
- Psíiii –no sé por qué los comerciantes tienen fama de embusteros…-.
- ¿Y es consumidor?
- No, lo tengo prohibido.
- La familia.
- No. Yo mismo. Me he prohibido comprar cualquier cosa que se venda en un quiosco.
- Ya. La verdad es que lo que a mí me pone son los tríos de dos hombres con una mujer. ¿A usted también?
- Psí.
- Yo soy bisexual.
- ¡No, yo no!
Me salió como un tiro y no sé por qué. A mi edad y con mis condiciones, uno se aproxima a un estado angelical; quiero decir que empiezo a ser un ente asexuado. Como los ángeles.
No se llevó la película porque el trío era monosexual. Ellas LAS prefieren de dos en dos. Rubias a pares.

Se lo comenté a Salva cuando vino.
- ¡Aaandelé! Debe ser el mismo que me dijo que, si me gustaban los tríos, el conocía una amiga que estaba dispuesta. Le contesté que estaba casado y que me iba muy con mi mujer. Pero a mí no me dijo nada de bisexual.

lunes, noviembre 09, 2009

Harry cogió su collar

El Periódico anunció los Pedientes Alma y Collar a juego semanas antes de que concluyera la distribución de su pulsera. Mientras tanto, la Pulsera Zajira de Antonio Miró sigue su curso con ligeros sobresaltos, es decir, que los números asignados a cada pieza van dando saltitos adelante y atrás en función de la velocidad de los diferentes barcos que lo traen de China: un lunes sale la número 12, por poner un ejemplo, el miércoles aparece la 15 y el viernes la 9. Para facilitar la labor del quiosquero, creo. Así cuando hemos de pedir una pieza determinada confeccionamos un fax que, más o menos, diga: Rogamos que nos envíen 2 unidades de la entrega 8, que corresponde al número 12 y que se repartió el miércoles 4 (es la pieza de cristal azul, adorno azul). Con suerte, llega.

Últimamente me llegan señoras con un problema enorme: la cola de ratón (o sea, la guita metálica de la pulsera) no pasa por el agujero de la pieza que acaban de adquirir. Se lo comento al Súper.
- ¿Cuánto vale cada pieza?
- Noventa céntimos.
- La gente es burra. ¿Qué coño te van a dar por noventa céntimos? Lo mismo se creen que cada piececita es de platino. Mi mujer preguntó en el Corte Inglés el precio de la pulsera de verdad y había piezas que salían por 60 €.
Me dio una idea. Me quedaba una cola de ratón y, en vez de devolverla, me he quedado con ella para que me sirva de calibre. Ahora cojo las piezas defectuosas, les meto las tijeras en el bujero y rebaño la rebaba hasta que le doy el diámetro adecuado para que la cola pase con holgura. Y las clientas tan contentas…

Ayer El Periódico lanzó su nueva promoción. Antes había avisado que, por motivos técnicos, en vez de los pendientes Alma previstos, la primera entrega sería la Cola de ratón del collar y una estrellita. Al contrario que la Pulsera Zajira en cuyo envoltorio no cabe un código de barras, el Collar Alma trae su código impreso en el dorso. La primera entrega es la número 5. Cuando Quiosquera y yo llegamos a abrir hacía un viento que amenazaba con levantar el quiosco. Nos costó Dios y ayuda poner los periódicos en su sitio y eso que saqué los toldos laterales más allá de donde permite la libre circulación de viandantes. No tardó en presentarse la primera señora preguntando por los pendientes. Le explicamos que había cambios y que se tendría que conformar con el collar. Mientras Quiosquera recortaba el cupón impreso, me dediqué a procesar la venta:
- Periódico en catalán… Pi. Collar Alma… Pi.
La pantalla hizo un pequeño extraño y supuse que no había obtenido bien la extensión del código de barras. Seleccioné y canté el resultado final.
- Ocho quince.
Me sonó raro y miré fijamente la pantalla. EL PERIODICO CARTALÁN, 2,20. HARRY POTTER DVD LOGÍSTICA, 5,95. ¡Hijo puta! -pensé-. El aprendiz de mago había tocado con su piedra filosofal la guita del collar y lo había transformado en un DVD. Repetí la historia y al procesar el código de barras del collar me aparecieron dos líneas: HARRY POTTER DVD y COLLAR ALMA. Ahora hice bien la operación y le cobré a la señora el importe correcto de la transacción.
En estos casos, lo primero que piensa uno es que Salva se ha equivocado pero soy curioso y antes de tomar decisiones compruebo las cosas.
COLLAR ALMA EL PERIÓDICO: Código de barras 8420565204750 00005
HARRY POTTER DVD: Código de barras 8420565204750 00005.
O sea, idénticos.

Las empresas editoriales españolas suelen utilizar el código de barras EAN-13 cuyos dígitos, según creo recordar, tienen el siguiente significado.
Los tres primeros dígitos identifican el país.
Del dígito 4 al 8 (variable) identifican la empresa.
El resto de dígitos (hasta el 12) identifican el producto.
El último dígito lo utiliza el lector de código de barras para verificar que la lectura ha sido correcta.

En teoría no deberían repetirse los códigos puesto que estos se reciclan cuando un producto queda obsoleto. Pero estamos hablando de dos promociones en vigor. Claro que ni el mismísimo Harry se atrevería a pensar que ambas pudiesen coincidir en un mismo punto de venta ya que los collares se venden en joyerías y los DVD… No sé cómo se llaman los sitios donde se venden DVDs.

martes, noviembre 03, 2009

El fular de Woman

Fue Quiosquera la primera persona que pronunció delante de mí la palabra fular.
- ¿Y eso qué es?
- Una prenda para el cuello.
- ¿Una bufanda?
- No. Igual de largo o más, pero de tela más vaporosa.
- ¡Ah! Un pañuelo.
- No exactamente. ¿Has visto Isadora?
- Sí.
- Si te acuerdas de la escena final, Isadora Duncan sube al deportivo de un gigoló y, cuando el automóvil ya está en marcha, se levanta; entonces la estola que lleva alrededor del cuello se enreda en la rueda y muere estrangulada. Eso era un fular.
- ¿La rueda o el trapo?
- ¡La tela, hombre, la tela!
Me lo aprendí. Ahora, cuando voy con Quiosquera, incluso me tiro el detalle de decir:
- Mira el fular que lleva aquella señora.

La revista Woman también sabe lo que es un fular y este mes regala el de Cristina Castañer. Se ve que la tal Cristina tiene fulares por un tubo y los ha hecho empaquetar junto a la revista. Lo malo es que Woman va con chulería: “4 colores a elegir”. E inserta cuatro cuadrados, dos oscuros y dos claros, cuyo color no acierto a distinguir.
La señora que se acerca al quiosco remueve las revistas como en las rebajas del Corte Inglés y cuando están todas bien amasaditas y revueltas pregunta:
- ¿Tiene el fular en rosa?
- ¿No ha visto usted ninguno?
- No.
- Entonces es que no hay.
- Aquí dice que hay cuatro colores para elegir.
Me armo de paciencia. Vuelvo a remover las revistas y todos los fulares son morados.
- Pues no, señora. Sólo tengo un color.
- Ahí arriba hay más –dice señalando el altillo-.
Imbécil de mí he puesto los sobrantes de modo que desde abajo se lea el nombre de la revista. Yo no me había enterado, pero ella sí. Los cartones del altillo los tengo a tiro de toque con la punta de los dedos y he de estirarme al máximo que dan los tendones para llegar desde el suelo. Es un ejercicio que los músculos del cuello y el deltoides me agradecen dándome insistentes pescozones. El resultado era el lógico: los dos Woman del altillo también son morados.
- Todo lo que tengo es morado.
- ¿Y no lo tiene rosa?
- No, morado.
- Es que el morado no me gusta.
- Mujer, va de perlas para hacer penitencia.
- ¿Y cuándo hago yo penitencia?
- En cuaresma…, Semana Santa…
- ¡Como no la hagas tú, desgraciao!
Eso no lo dijo pero estoy seguro de que lo pensó.

lunes, noviembre 02, 2009

Jetlag: Palencia

Pasé mala noche. Había olvidado las pastillas en el coche y la falta de química se hizo notar. Una de las quinientas veces que abrí los ojos me pareció notar que había mucha claridad. Miré el despertador: las seis y cuarenta; faltaban 20 minutos para la hora prevista. Inconscientemente también miré mi reloj de pulsera: las siete y cuarenta. ¡Nos habíamos dormido! Después averigüé que “Activar horario de verano” significaba añadir una hora y “Desactivar horario de verano” retrasaba una hora más el despertador. Una hora que yo retrasé manualmente y otra más por desactivación significaba que ya íbamos tarde.

El cohete funcionó y antes de las ocho y media estábamos en la cafetería esperando que Ana, la recepcionista, nos preparase el desayuno. Una de las órdenes más tajantes que me dio la doctora que me puso el muelle, fue que me mantuviese lo más alejado posible de la bollería industrial. No quedaba más remedio que recurrir a las tostadas. Tuvimos tiempo de enrollarnos e intercambiar pareceres. Ana acababa de pasar una temporada trabajando en Sort (Lérida) y guarda un buen recuerdo de su estancia en Cataluña. Nos dio una pequeña lección de cómo un castellano viejo (en su caso, castellana joven) entiende, acepta y apoya la convivencia de varias lenguas en un solo país.

Esta vez no me falló Mari Pili y un poco antes de las 10 aparcábamos en la Calle Mayor Antigua de Palencia, junto a la Iglesia de San Miguel. Llamamos a Juan Manuel y Conxi para ponerles los dientes largos y nos hicieron una breve semblanza de los lugares a visitar. Hace más de 30 años compré la Guía Verde Michelín, que siempre llevo en el coche, y que, después de muchos kilómetros a la espalda, ha perdido el lomo convirtiéndose en un montón de hojas sueltas pero ordenadas. En lo que se refiere a Palencia, Michelín sólo habla de la Catedral, a la que llama la “bella desconocida”; se equivoca: la “bella desconocida” es Palencia, ciudad a la que, dicho sea de paso, le cupo el honor de albergar la primera universidad que hubo en “las” Españas. El que Palencia haya sido de mi agrado no es para hacerles la pelota a mis amigos; no lo necesito. Quizá influya más el hecho de haber nacido en un lugar que, en sus tiempos de mayor esplendor, alcanzó la increíble cifra de 456 habitantes. Sea cual fuere la razón, lo cierto es que habíamos reservado dos horas para una visita rápida y tuvimos que obligarnos a suspender el recorrido cuando nos aproximábamos a las tres horas, y todavía quedaban por ver lugares imprescindibles. Visitamos la Iglesia de San Miguel donde, según nos chivó Conchita, habían contraído matrimonio el Cid y Doña Jimena (la de los mantecaos). Seguimos por los puentes del río Carrión y subimos hacia la catedral; no hay descripción posible, hay que verla y punto. Encontramos la trenza de Doña Urraca de la que, tradicionalmente, tiran las palentinas en vísperas de examen. Acabamos la visita pateando la Plaza y la Calle Mayor.

Y una curiosidad. Al salir de la catedral, me tomé un cortado en una cafetería en la esquina de la calle Jorge Manrique. Presumo de las tapas que acompañan la cerveza en Almería pero nunca me habían puesto tapa con un cortado; en la citada cafetería el cortado venía acompañado de dos minimagdalenas.